La mayoría de las estrategias fracasan porque dependen del esfuerzo.
No de la estructura.
El esfuerzo escala mal.
La estructura escala silenciosamente.
Por eso, los mejores operadores dedican menos tiempo a empujar
y más tiempo a diseñar entornos
donde las acciones correctas ocurren por defecto.
La dirección supera a la intensidad.
Siempre.
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