¡El ciclo de cuatro años de Bitcoin ha muerto! Director de inversiones de Bitwise: el mercado de Cripto entra en una guerra de resistencia de diez años
Las tres principales fuerzas impulsoras del ciclo de cuatro años de Bitcoin han perdido gran parte de su influencia. La entrada de inversores institucionales y la mejora en la regulación están impulsando al mercado hacia una fase de guerra prolongada de diez años, por lo que los inversores deben establecer un nuevo marco de pensamiento para afrontar las tendencias futuras. Este artículo se basa en un texto de Matt Hougan, organizado, traducido y redactado por Foresight News.
(Resumen previo: Galaxy Digital: Después de descontar la inflación, Bitcoin nunca ha superado realmente los 100,000 dólares)
(Información adicional: Sentora Research: ¡Se espera que Bitcoin desafíe los 150,000 dólares en 2026! Tres catalizadores clave están en preparación)
En las últimas semanas, en reuniones con inversores institucionales, la pregunta que más me han hecho es: ¿sigue teniendo sentido el ciclo de cuatro años de Bitcoin?
El llamado ciclo de cuatro años se refiere a la pauta histórica de Bitcoin de “tres años de subida, cuarto año de caída drástica”.
Esta cuestión es de suma importancia, porque, según la lógica del ciclo de cuatro años, el próximo año será difícil tanto para Bitcoin como para todo el mercado de criptomonedas.
Aunque no puedo predecir con precisión la tendencia de los precios de las criptomonedas el próximo año, creo que no es sensato confiar ciegamente en que el ciclo de cuatro años se repetirá mecánicamente. Al fin y al cabo, el ciclo de cuatro años no es una ley inmutable grabada en piedra por la divinidad de las criptomonedas; su formación se debe a tres factores impulsores específicos:
Evento de halving de Bitcoin: la recompensa por minería en la cadena de bloques de Bitcoin se reduce a la mitad cada cuatro años.
Fluctuaciones en las tasas de interés: los dos picos de aumento en 2018 y 2022 impulsaron correcciones en el mercado de criptomonedas.
Ciclos de mercado de subidas y bajadas extremas: los años de caídas drásticas en criptomonedas (2014, 2018, 2022) siempre siguen a años de fuerte repunte. Por ejemplo, Bitcoin subió un 5530% en 2013, un 1349% en 2017 y un 57% en 2021. Durante los periodos de euforia, los fraudes y las burbujas especulativas proliferan, y cuando la burbuja estalla, como en 2018 con la regulación de las ICOs o en 2022 con el colapso de FTX, se desencadenan caídas masivas del mercado.
Hoy en día, estas tres fuerzas impulsoras o bien han perdido gran parte de su influencia, o bien van en dirección opuesta a los ciclos anteriores. La influencia del halving de Bitcoin ya no es la misma que hace cuatro años; en 2026, las tasas de interés probablemente bajarán en lugar de subir; y en 2025, el mercado de criptomonedas no muestra el entusiasmo desenfrenado de ciclos pasados.
Al mismo tiempo, fuerzas más decisivas, especialmente la entrada masiva de inversores institucionales y la regulación en proceso de perfeccionamiento, están en preparación para 2026. En nuestro último informe de “Predicciones de mercado para 2026”, pronosticamos que Bitcoin alcanzará un nuevo máximo histórico el próximo año. Actualmente, sigo creyendo que esta es la opción más probable.
¿Qué reemplazará al ciclo de cuatro años?
Si el ciclo de cuatro años ha llegado a su fin, surge una pregunta razonable: ¿qué nuevo marco de pensamiento deberíamos establecer para el mercado de criptomonedas en 2026 y en adelante?
El ciclo de cuatro años proporcionó una guía clara para los inversores. Saber si estamos en una fase de recuperación, un mercado alcista o un invierno cripto ayudaba a mantener la calma en los bajones y la racionalidad en los mercados alcistas.
Entonces, ¿qué marco de pensamiento puede sustituirlo ahora?
La respuesta es: una guerra prolongada de diez años.
Sé que esta expresión suena mucho menos llamativa que el ciclo de cuatro años, pero escúchenme con atención, porque creo firmemente que esa es la esencia del mercado actual.
La llamada guerra prolongada se refiere a una lucha a largo plazo entre dos fuerzas: una, un impulso positivo fuerte, duradero y progresivo; la otra, impactos negativos que estallan de forma intermitente, con una fuerza imparable pero con poca persistencia.
Las fuerzas impulsoras positivas que actualmente están acumulando impulso incluyen: la aceleración de la participación de inversores institucionales, la mejora continua del marco regulatorio, las preocupaciones por la depreciación de las monedas fiduciarias, y la implementación de aplicaciones reales como las stablecoins y la tokenización de activos.
El objetivo de estas tendencias es transformar profundamente los sistemas tradicionales de los mercados de capital, los sistemas de pago globales y el sistema monetario internacional. La plena formación de estos cambios requerirá más de una década. Y ya se pueden ver los primeros signos: miles de millones de dólares en fondos fluyen hacia los ETF de criptomonedas, proyectos de ley relacionados con criptomonedas avanzan en el Congreso, y la escala del mercado de stablecoins y tokens se expande rápidamente, entre otros.
Pero el avance también enfrentará resistencia. Las posibles fuerzas negativas incluyen impactos macroeconómicos, oleadas de liquidaciones de fondos apalancados, y eventos maliciosos como ataques de hackers, fraudes y retiros masivos de fondos. La duración de estos impactos negativos suele medirse en semanas, meses o trimestres.
En general, la influencia a largo plazo de las fuerzas impulsoras positivas supera ampliamente a la de las negativas, pero estas últimas pueden surgir con rapidez y en el corto plazo suprimir las fuerzas positivas. La caída del mercado del 10 de octubre de 2025 es un ejemplo típico: un impacto macroeconómico provocó una liquidación masiva de posiciones apalancadas en criptomonedas, causando una caída abrupta del mercado.
Este escenario de guerra prolongada ha generado una profunda división en el mercado de criptomonedas actual: los inversores minoristas están en una profunda desesperación, mientras que muchos inversores institucionales mantienen una visión optimista. La raíz de esta discrepancia radica en que ambos grupos consideran diferentes horizontes temporales. Los minoristas se preocupan por las secuelas del evento de liquidación de octubre; los institucionales, por el escenario en el que en 2030 el valor de los stablecoins supere los 3 billones de dólares.
Ambos puntos de vista tienen su lógica, pero se basan en diferentes escalas temporales.
La importancia de la guerra prolongada para los inversores
En los últimos meses, he estado analizando el mercado bajo el marco de la “guerra prolongada”, y esta estrategia ha demostrado ser muy valiosa. La perspectiva de guerra prolongada indica que el mercado presentará las siguientes características:
A largo plazo, los retornos serán considerables, pero no exagerados
La volatilidad general disminuirá
Se producirán correcciones del 20% al 40% en ciclos periódicos
Esto significa que, los inversores deben tomar en serio cada corrección del mercado, ya que podrían durar bastante tiempo. Pero mientras los fundamentos sigan siendo sólidos, se puede confiar en que los precios eventualmente se recuperarán.
Mirando hacia atrás, creo que el mercado de criptomonedas entró oficialmente en la fase de guerra prolongada desde que en enero de 2024 se aprobó el ETF de Bitcoin en físico. Este evento marcó el inicio de una ola de inversión institucional, y creo que esta tendencia durará una década completa. De hecho, así ha sido: desde la entrada en funcionamiento del ETF, el precio de Bitcoin ha subido un 93%, atravesando además tres correcciones profundas superiores al 20%.
Creo que, durante mucho tiempo, el mercado mantendrá estas características de retorno. La guerra prolongada quizás no sea tan emocionante como los ciclos de subidas y bajadas extremas del pasado, pero marca una transformación más profunda en la industria de las criptomonedas. Cuando un activo madura, la era de la guerra prolongada ha llegado.
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¡El ciclo de cuatro años de Bitcoin ha muerto! Director de inversiones de Bitwise: el mercado de Cripto entra en una guerra de resistencia de diez años
Las tres principales fuerzas impulsoras del ciclo de cuatro años de Bitcoin han perdido gran parte de su influencia. La entrada de inversores institucionales y la mejora en la regulación están impulsando al mercado hacia una fase de guerra prolongada de diez años, por lo que los inversores deben establecer un nuevo marco de pensamiento para afrontar las tendencias futuras. Este artículo se basa en un texto de Matt Hougan, organizado, traducido y redactado por Foresight News.
(Resumen previo: Galaxy Digital: Después de descontar la inflación, Bitcoin nunca ha superado realmente los 100,000 dólares)
(Información adicional: Sentora Research: ¡Se espera que Bitcoin desafíe los 150,000 dólares en 2026! Tres catalizadores clave están en preparación)
En las últimas semanas, en reuniones con inversores institucionales, la pregunta que más me han hecho es: ¿sigue teniendo sentido el ciclo de cuatro años de Bitcoin?
El llamado ciclo de cuatro años se refiere a la pauta histórica de Bitcoin de “tres años de subida, cuarto año de caída drástica”.
Esta cuestión es de suma importancia, porque, según la lógica del ciclo de cuatro años, el próximo año será difícil tanto para Bitcoin como para todo el mercado de criptomonedas.
Aunque no puedo predecir con precisión la tendencia de los precios de las criptomonedas el próximo año, creo que no es sensato confiar ciegamente en que el ciclo de cuatro años se repetirá mecánicamente. Al fin y al cabo, el ciclo de cuatro años no es una ley inmutable grabada en piedra por la divinidad de las criptomonedas; su formación se debe a tres factores impulsores específicos:
Hoy en día, estas tres fuerzas impulsoras o bien han perdido gran parte de su influencia, o bien van en dirección opuesta a los ciclos anteriores. La influencia del halving de Bitcoin ya no es la misma que hace cuatro años; en 2026, las tasas de interés probablemente bajarán en lugar de subir; y en 2025, el mercado de criptomonedas no muestra el entusiasmo desenfrenado de ciclos pasados.
Al mismo tiempo, fuerzas más decisivas, especialmente la entrada masiva de inversores institucionales y la regulación en proceso de perfeccionamiento, están en preparación para 2026. En nuestro último informe de “Predicciones de mercado para 2026”, pronosticamos que Bitcoin alcanzará un nuevo máximo histórico el próximo año. Actualmente, sigo creyendo que esta es la opción más probable.
¿Qué reemplazará al ciclo de cuatro años?
Si el ciclo de cuatro años ha llegado a su fin, surge una pregunta razonable: ¿qué nuevo marco de pensamiento deberíamos establecer para el mercado de criptomonedas en 2026 y en adelante?
El ciclo de cuatro años proporcionó una guía clara para los inversores. Saber si estamos en una fase de recuperación, un mercado alcista o un invierno cripto ayudaba a mantener la calma en los bajones y la racionalidad en los mercados alcistas.
Entonces, ¿qué marco de pensamiento puede sustituirlo ahora?
La respuesta es: una guerra prolongada de diez años.
Sé que esta expresión suena mucho menos llamativa que el ciclo de cuatro años, pero escúchenme con atención, porque creo firmemente que esa es la esencia del mercado actual.
La llamada guerra prolongada se refiere a una lucha a largo plazo entre dos fuerzas: una, un impulso positivo fuerte, duradero y progresivo; la otra, impactos negativos que estallan de forma intermitente, con una fuerza imparable pero con poca persistencia.
Las fuerzas impulsoras positivas que actualmente están acumulando impulso incluyen: la aceleración de la participación de inversores institucionales, la mejora continua del marco regulatorio, las preocupaciones por la depreciación de las monedas fiduciarias, y la implementación de aplicaciones reales como las stablecoins y la tokenización de activos.
El objetivo de estas tendencias es transformar profundamente los sistemas tradicionales de los mercados de capital, los sistemas de pago globales y el sistema monetario internacional. La plena formación de estos cambios requerirá más de una década. Y ya se pueden ver los primeros signos: miles de millones de dólares en fondos fluyen hacia los ETF de criptomonedas, proyectos de ley relacionados con criptomonedas avanzan en el Congreso, y la escala del mercado de stablecoins y tokens se expande rápidamente, entre otros.
Pero el avance también enfrentará resistencia. Las posibles fuerzas negativas incluyen impactos macroeconómicos, oleadas de liquidaciones de fondos apalancados, y eventos maliciosos como ataques de hackers, fraudes y retiros masivos de fondos. La duración de estos impactos negativos suele medirse en semanas, meses o trimestres.
En general, la influencia a largo plazo de las fuerzas impulsoras positivas supera ampliamente a la de las negativas, pero estas últimas pueden surgir con rapidez y en el corto plazo suprimir las fuerzas positivas. La caída del mercado del 10 de octubre de 2025 es un ejemplo típico: un impacto macroeconómico provocó una liquidación masiva de posiciones apalancadas en criptomonedas, causando una caída abrupta del mercado.
Este escenario de guerra prolongada ha generado una profunda división en el mercado de criptomonedas actual: los inversores minoristas están en una profunda desesperación, mientras que muchos inversores institucionales mantienen una visión optimista. La raíz de esta discrepancia radica en que ambos grupos consideran diferentes horizontes temporales. Los minoristas se preocupan por las secuelas del evento de liquidación de octubre; los institucionales, por el escenario en el que en 2030 el valor de los stablecoins supere los 3 billones de dólares.
Ambos puntos de vista tienen su lógica, pero se basan en diferentes escalas temporales.
La importancia de la guerra prolongada para los inversores
En los últimos meses, he estado analizando el mercado bajo el marco de la “guerra prolongada”, y esta estrategia ha demostrado ser muy valiosa. La perspectiva de guerra prolongada indica que el mercado presentará las siguientes características:
Esto significa que, los inversores deben tomar en serio cada corrección del mercado, ya que podrían durar bastante tiempo. Pero mientras los fundamentos sigan siendo sólidos, se puede confiar en que los precios eventualmente se recuperarán.
Mirando hacia atrás, creo que el mercado de criptomonedas entró oficialmente en la fase de guerra prolongada desde que en enero de 2024 se aprobó el ETF de Bitcoin en físico. Este evento marcó el inicio de una ola de inversión institucional, y creo que esta tendencia durará una década completa. De hecho, así ha sido: desde la entrada en funcionamiento del ETF, el precio de Bitcoin ha subido un 93%, atravesando además tres correcciones profundas superiores al 20%.
Creo que, durante mucho tiempo, el mercado mantendrá estas características de retorno. La guerra prolongada quizás no sea tan emocionante como los ciclos de subidas y bajadas extremas del pasado, pero marca una transformación más profunda en la industria de las criptomonedas. Cuando un activo madura, la era de la guerra prolongada ha llegado.