Autor: Andy Hall, profesor de la Stanford Graduate School of Business y del Hoover Institution
Traducido por: Felix, PANews (con algunas modificaciones en el texto)
Imagina este escenario: octubre de 2028, Vans y Mark Cuban están muy igualados en las encuestas presidenciales. La aprobación de Vans en el mercado de predicciones comienza a dispararse repentinamente. CNN, en colaboración con Kalshi, realiza una cobertura continua las 24 horas sobre los precios del mercado de predicciones.
Al mismo tiempo, nadie sabe la razón inicial de la subida de precios. Los demócratas insisten en que el mercado ha sido “manipulado”. Señalan que una gran cantidad de transacciones sospechosas, sin nuevas encuestas o causas evidentes, han impulsado el mercado a favorecer a Vans.
El New York Times publica una noticia afirmando que operadores respaldados por el Fondo soberano de Arabia Saudita han realizado apuestas masivas en el mercado electoral, con la intención de que CNN informe favorablemente sobre Vans. Los republicanos, por su parte, argumentan que los precios son razonables, que no hay evidencia de que la subida de precios pueda afectar el resultado electoral, y acusan a los demócratas de intentar silenciar la libertad de expresión y censurar información verdadera sobre las elecciones. La verdad aún es difícil de determinar.
Este artículo explicará por qué este tipo de situaciones es muy probable que sucedan en los próximos años — aunque los casos de manipulación exitosa de mercados de predicciones son pocos y casi no hay evidencia de que influyan en el comportamiento de los votantes.
El intento de manipular estos mercados es inevitable, y cuando ocurre, el impacto político puede superar con creces la influencia directa en los resultados electorales. En un entorno donde cualquier anomalía se percibe rápidamente como una conspiración, incluso una distorsión temporal puede desencadenar acusaciones de interferencia extranjera, corrupción o colusión de élites. El pánico, las acusaciones y la pérdida de confianza pueden opacar el impacto real de las acciones iniciales.
Sin embargo, abandonar los mercados de predicciones sería un error. A medida que las encuestas tradicionales se vuelven más vulnerables en un entorno saturado de IA— con tasas de respuesta extremadamente bajas y esfuerzos por distinguir respuestas humanas de las generadas por IA— los mercados de predicciones ofrecen una señal complementaria útil, integrando información dispersa y contando con incentivos financieros reales.
El desafío radica en la gobernanza: construir un sistema que preserve el valor informativo de los mercados y al mismo tiempo reduzca su vulnerabilidad a abusos. Esto puede implicar asegurarse de que las emisoras de noticias se centren en reportar mercados menos manipulables y más activos, fomentar la vigilancia de plataformas para detectar indicios de colusión, y cambiar la interpretación de las volatilidades del mercado hacia una actitud de humildad en lugar de pánico. Si se logra esto, los mercados de predicciones pueden convertirse en un componente más robusto y transparente del ecosistema de información política: una herramienta que ayude a la población a entender las elecciones, en lugar de ser un vehículo para generar desconfianza.
Lecciones del pasado: cuidado con quienes intentan manipular el mercado
“Ahora todos están atentos al mercado de apuestas. Sus oscilaciones atraen la atención de los votantes comunes, que no pueden entender personalmente la tendencia del sentimiento público, y solo pueden confiar ciegamente en las opiniones de quienes apuestan decenas de miles de dólares en cada elección.” — The Washington Post, 5 de noviembre de 1905.
En las elecciones presidenciales de 1916, Charles Evans Hughes lideraba en el mercado de apuestas de Nueva York frente a Woodrow Wilson. Es importante notar que en esa época, los medios de comunicación en EE.UU. reportaban frecuentemente sobre los mercados de apuestas. Debido a estos reportes, la sombra de manipulación persistía. En 1916, los demócratas, sin querer parecer rezagados, afirmaron que el mercado había sido “manipulado”, y los medios también informaron al respecto.
La amenaza de manipulación electoral nunca desapareció. La mañana del 23 de octubre de 2012, durante la campaña de Barack Obama y Mitt Romney, un operador colocó una gran orden de compra de acciones de Romney en InTrade, provocando que su precio subiera aproximadamente 8 puntos, pasando de cerca de 41 centavos a casi 49 centavos— lo que, si se cree en los precios, indicaba un empate en la contienda. Pero el precio se retiró rápidamente, y la prensa casi no le prestó atención. La identidad del manipulador nunca se confirmó.
Sin embargo, a veces incluso se ve a personas explicando públicamente su lógica para manipular el mercado. Un estudio de 2004 documentó un caso de manipulación deliberada en las elecciones de Berlín en 1999. Los autores citaron un correo real emitido por un partido local que instaba a sus miembros a apostar en el mercado de predicciones:
“‘Daily Mirror’ (uno de los periódicos más grandes de Alemania) publica diariamente un mercado de acciones políticas (PSM), y actualmente el precio para el FDP es 4.23%. Puedes consultar el PSM en línea en http://berlin.wahlstreet.de. Muchas personas no consideran esto un juego, sino que lo ven como un sondeo de opinión. Por eso, en los últimos días, la subida del precio del FDP ha sido importante. Como en cualquier bolsa, el nivel de precios depende de la demanda. Participa en el PSM y compra contratos del FDP. Al final, todos confiamos en el éxito de nuestro partido.”
Estas preocupaciones también surgieron en 2024. Antes de las elecciones, el Wall Street Journal publicó un artículo cuestionando si la ventaja de Trump en Polymarket (que parecía superar con mucho su apoyo en las encuestas) era resultado de influencias indebidas: “Las grandes apuestas sobre Trump no necesariamente son maliciosas. Algunos observadores creen que podrían ser simplemente de un gran apostador convencido de que Trump ganará, y que busca ganar mucho dinero. Sin embargo, otros consideran que estas apuestas son una forma de influencia, destinada a crear temas en las redes sociales para el ex presidente.”
La revisión de 2024 es especialmente interesante porque genera preocupaciones sobre la influencia extranjera. Los resultados muestran que las apuestas que elevaron los precios en Polymarket fueron hechas por un inversor francés— aunque hay especulaciones, casi no hay motivos para pensar que esto sea manipulación. De hecho, este inversor realizó encuestas privadas y parece centrado en obtener ganancias, no en manipular el mercado.
Esta historia revela dos temas. Primero, los ataques cibernéticos son frecuentes y se espera que ocurran en el futuro. Segundo, incluso si los ataques no tienen éxito, algunos pueden aprovecharse para sembrar miedo.
¿Qué impacto tienen estos ataques?
El efecto en el comportamiento de los votantes dependerá de dos factores: si la manipulación puede afectar realmente los precios del mercado y si los cambios en los precios influirán en el comportamiento de los votantes.
Analicemos cómo la manipulación del mercado (si fuera posible) puede ayudar a lograr objetivos políticos: porque no es tan obvio como parece.
A continuación, dos formas en que los mercados de predicciones podrían influir en los resultados electorales.
Efecto de conformidad
El efecto de conformidad se refiere a la tendencia de los votantes a apoyar a los candidatos que parecen tener más posibilidades de ganar, ya sea por imitación, por la satisfacción de apoyar al ganador, o porque creen que las probabilidades reflejan la calidad del candidato.
Si la popularidad ayuda a un candidato a obtener más apoyo, entonces reportar en los medios los precios del mercado de predicciones crea un incentivo para elevar esas cifras. Los manipuladores podrían intentar aumentar las probabilidades de su candidato favorito, buscando generar un ciclo de retroalimentación: aumento en el precio → percepción de impulso → cambio de apoyo → nuevo incremento en el precio.
En el ejemplo de Vans-Cuban, los manipuladores apostaron para que Vans pareciera más fuerte, ayudándole a ganar realmente.
Efecto de complacencia
Por otro lado, si un candidato tiene una ventaja clara, los votantes podrían abstenerse de votar. Pero si la contienda está muy ajustada, o si su candidato parece ir en retirada, podrían estar más motivados a votar. En ese caso, las tendencias del mercado de predicciones difundidas ampliamente pueden ejercer presión para mantener el apoyo en un nivel cercano a 50/50. Cuando el mercado empieza a favorecer a un candidato, los operadores saben que sus simpatizantes están perdiendo entusiasmo, y eso puede hacer bajar el precio.
Esto también facilita la manipulación. Los candidatos en cabeza, temiendo que sus seguidores sean demasiado optimistas, podrían comprar silenciosamente acciones del oponente para reducir el mercado y sugerir una competencia más cerrada. Por el contrario, los seguidores del candidato en desventaja podrían vender aún más sus acciones para que el otro lado piense que la victoria está asegurada, y así dejar de votar. En estas circunstancias, el mercado se convierte en una profecía autocumplida: las señales que originalmente buscaban reflejar expectativas terminan alterando esas mismas expectativas.
Aunque hay mucha controversia, algunos consideran que el Brexit es un ejemplo de este fenómeno. Como señala un informe del London School of Economics: “Se sabe que las encuestas afectan la participación y el comportamiento electoral, especialmente cuando un lado parece tener asegurada la victoria. Parece que más votantes a favor de permanecer en la UE optaron por no votar, quizás porque piensan que la victoria del remain está garantizada.”
Los votantes no se preocupan mucho por la intensidad de la elección
Pero el problema es que, incluso si existen efectos de conformidad o complacencia, la evidencia actual indica que su impacto suele ser pequeño. Las elecciones en EE.UU. son bastante estables— principalmente impulsadas por las posturas partidistas y los factores económicos básicos— así que si los votantes reaccionaran fuertemente a quién lidera, los resultados serían más impredecibles. Además, cuando los investigadores tratan de modificar directamente las percepciones sobre la intensidad o importancia de las elecciones, los efectos en el comportamiento siempre son limitados.
Un ejemplo de la hipótesis de que “cuanto más reñida esté la contienda, mayor será la participación” es el estudio de Enos y Fowler sobre una elección legislativa en Massachusetts, que terminó en empate. En una segunda elección, informaron aleatoriamente a algunos votantes que la elección previa se decidió por un solo voto. Incluso con esta medida extrema, el efecto en la participación fue mínimo.
De manera similar, Gebhard y otros realizaron experimentos a gran escala mostrando diferentes encuestas a los votantes. Aunque los encuestados ajustaron su percepción sobre qué tan reñida era la elección, la participación apenas cambió. Un estudio sobre un referéndum en Suiza encontró un efecto ligeramente mayor, pero todavía muy limitado: en esas elecciones cercanas, las encuestas de tendencia casi alcanzan a aumentar la participación en unos pocos puntos porcentuales.
Es posible que, en ciertos momentos, las señales de una contienda muy reñida puedan motivar a algunos votantes a cambiar de opinión, pero ese impacto sería muy pequeño. Esto no significa que no debamos preocuparnos por el fraude electoral, sino que debemos centrarnos en las pequeñas influencias en elecciones muy ajustadas, en lugar de en los factores que hacen que las contiendas igualadas terminen en resultados abrumadoramente favorables a uno de los lados.
Manipular mercados es difícil y costoso
Esto lleva a la segunda cuestión: ¿qué tan difícil es manipular los precios en los mercados de predicciones?
El estudio de Rhode y Strumpf sobre el mercado electrónico de Iowa durante las elecciones de 2000 encontró que intentar manipular es costoso y difícil de sostener. En un caso típico, un operador colocaba repetidamente órdenes de compra muy grandes en favor de un candidato, tratando de elevar las cuotas de ese candidato. Cada intento lograba cambiar temporalmente las probabilidades, pero rápidamente otros operadores aprovechaban esas distorsiones para hacer arbitraje y volver los precios a niveles normales. Los manipuladores invertían mucho y perdían dinero, mientras que el mercado mostraba un fuerte regreso a la media y resistencia.
En el caso hipotético de Vans y Cuban, esto sería crucial. Manipular el mercado presidencial en octubre requeriría una gran cantidad de dinero, y muchos operadores estarían listos para vender en cuanto el precio subiera. Estas pequeñas fluctuaciones podrían mantenerse durante la cobertura en CNN, pero cuando Anderson Cooper comience a hablar del tema, el precio ya podría haber vuelto a su nivel original.
Pero en entornos de baja liquidez, la situación cambia. Investigaciones muestran que, en mercados con poca liquidez, los precios a largo plazo pueden ser manipulados: nadie puede impedirlo.
Recomendaciones para responder
Quizá exista evidencia de que manipular los principales mercados electorales no tendría un impacto sustancial, pero eso no significa que debamos actuar sin precaución. En un mundo donde los mercados de predicciones se integren con las redes sociales y la televisión por cable, la influencia de manipular precios puede ser mayor que nunca. Aunque el impacto directo sea limitado, esas preocupaciones pueden afectar la percepción pública de la justicia del sistema político. ¿Cómo responder a esto?
Para las emisoras de noticias:
Implementar límites de liquidez. CNN y otros medios deben centrarse en reportar precios de mercados con alta actividad, ya que estos reflejan mejor las expectativas reales y su manipulación sería más costosa; no deben reportar precios de mercados con baja liquidez, que son menos precisos y más fáciles de manipular.
Incorporar otras señales de expectativa electoral. Los medios también deben seguir encuestas de opinión y otros indicadores de expectativas electorales. Aunque estos también tienen defectos, son menos susceptibles a manipulaciones estratégicas. Cuando exista una discrepancia significativa entre los precios del mercado y otras señales, los medios deben buscar evidencia de manipulación.
Para los mercados de predicciones:
Desarrollar capacidades de monitoreo. Crear sistemas y personal capaces de detectar transacciones engañosas, operaciones ficticias, picos repentinos en volumen unilateral y actividades coordinadas. Empresas como Kalshi y Polymarket ya pueden tener algunas de estas capacidades, pero si quieren ser plataformas responsables, deben invertir más recursos.
Considerar intervenciones en momentos de volatilidad extrema sin causa aparente. Esto incluye establecer mecanismos de suspensión en mercados con poca liquidez para manejar cambios abruptos de precios, y detener operaciones si los precios parecen anómalos, seguido de una subasta para restablecer el precio.
Mejorar la resistencia a la manipulación en los indicadores de precios. Para precios mostrados en televisión, usar precios ponderados por tiempo o volumen.
Aumentar la transparencia en las transacciones. La transparencia es vital: divulgar métricas de liquidez, concentración y patrones de transacciones anómalas (sin revelar identidades). Esto permite a periodistas y público entender si los movimientos en los precios reflejan información genuina o solo “ruido” del libro de órdenes. Los grandes mercados como Kalshi y Polymarket ya muestran libros de órdenes, pero indicadores más detallados y paneles fáciles de entender serían muy útiles.
Para los responsables políticos:
Combatir la manipulación del mercado. El primer paso es aclarar que cualquier intento de manipular los precios de predicciones electorales (para influir en opinión pública o en la cobertura mediática) está cubierto por las leyes existentes contra la manipulación. Cuando ocurren cambios de precios inexplicables antes de unas elecciones, las autoridades pueden actuar rápidamente.
Regular la intervención de actores nacionales e internacionales. Debido a la vulnerabilidad de los mercados electorales a influencias extranjeras y financiación de campañas, las políticas deben incluir:
(1) Monitorear los actores extranjeros mediante el rastreo de su nacionalidad, aprovechando las leyes actuales de “KYC” en EE.UU., que son esenciales para el funcionamiento de los mercados de predicciones.
(2) Promulgar reglas o prohibiciones de divulgación para campañas, comités de acción política (PAC) y altos funcionarios políticos. Si los gastos para manipular precios se consideran gastos políticos no declarados, las autoridades deben tratarlos como gastos políticos oficiales.
Conclusión
Los mercados de predicciones pueden hacer que las elecciones sean más claras, no más confusas, siempre que se establezcan de manera responsable. La colaboración entre CNN y Kalshi indica que en el futuro estas señales de mercado, junto con encuestas, modelos y reportes, serán parte del ecosistema informativo político. Es una verdadera oportunidad: en un mundo saturado de IA, se necesitan herramientas que puedan extraer información dispersa sin distorsionarla. Pero esto dependerá de una buena gobernanza, incluyendo estándares de liquidez, regulación, transparencia y una interpretación más prudente de las dinámicas del mercado. Si se manejan bien estos aspectos, los mercados de predicciones pueden mejorar la comprensión pública de las elecciones y apoyar una democracia más saludable en la era de los algoritmos.
Lecturas relacionadas: ¿Quién será el próximo en dominar los mercados de predicciones después de diez años?
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Cuando la IA aprenda a falsificar la opinión pública, ¿cómo responderá el mercado ante la manipulación en la gran prueba?
Autor: Andy Hall, profesor de la Stanford Graduate School of Business y del Hoover Institution
Traducido por: Felix, PANews (con algunas modificaciones en el texto)
Imagina este escenario: octubre de 2028, Vans y Mark Cuban están muy igualados en las encuestas presidenciales. La aprobación de Vans en el mercado de predicciones comienza a dispararse repentinamente. CNN, en colaboración con Kalshi, realiza una cobertura continua las 24 horas sobre los precios del mercado de predicciones.
Al mismo tiempo, nadie sabe la razón inicial de la subida de precios. Los demócratas insisten en que el mercado ha sido “manipulado”. Señalan que una gran cantidad de transacciones sospechosas, sin nuevas encuestas o causas evidentes, han impulsado el mercado a favorecer a Vans.
El New York Times publica una noticia afirmando que operadores respaldados por el Fondo soberano de Arabia Saudita han realizado apuestas masivas en el mercado electoral, con la intención de que CNN informe favorablemente sobre Vans. Los republicanos, por su parte, argumentan que los precios son razonables, que no hay evidencia de que la subida de precios pueda afectar el resultado electoral, y acusan a los demócratas de intentar silenciar la libertad de expresión y censurar información verdadera sobre las elecciones. La verdad aún es difícil de determinar.
Este artículo explicará por qué este tipo de situaciones es muy probable que sucedan en los próximos años — aunque los casos de manipulación exitosa de mercados de predicciones son pocos y casi no hay evidencia de que influyan en el comportamiento de los votantes.
El intento de manipular estos mercados es inevitable, y cuando ocurre, el impacto político puede superar con creces la influencia directa en los resultados electorales. En un entorno donde cualquier anomalía se percibe rápidamente como una conspiración, incluso una distorsión temporal puede desencadenar acusaciones de interferencia extranjera, corrupción o colusión de élites. El pánico, las acusaciones y la pérdida de confianza pueden opacar el impacto real de las acciones iniciales.
Sin embargo, abandonar los mercados de predicciones sería un error. A medida que las encuestas tradicionales se vuelven más vulnerables en un entorno saturado de IA— con tasas de respuesta extremadamente bajas y esfuerzos por distinguir respuestas humanas de las generadas por IA— los mercados de predicciones ofrecen una señal complementaria útil, integrando información dispersa y contando con incentivos financieros reales.
El desafío radica en la gobernanza: construir un sistema que preserve el valor informativo de los mercados y al mismo tiempo reduzca su vulnerabilidad a abusos. Esto puede implicar asegurarse de que las emisoras de noticias se centren en reportar mercados menos manipulables y más activos, fomentar la vigilancia de plataformas para detectar indicios de colusión, y cambiar la interpretación de las volatilidades del mercado hacia una actitud de humildad en lugar de pánico. Si se logra esto, los mercados de predicciones pueden convertirse en un componente más robusto y transparente del ecosistema de información política: una herramienta que ayude a la población a entender las elecciones, en lugar de ser un vehículo para generar desconfianza.
Lecciones del pasado: cuidado con quienes intentan manipular el mercado
“Ahora todos están atentos al mercado de apuestas. Sus oscilaciones atraen la atención de los votantes comunes, que no pueden entender personalmente la tendencia del sentimiento público, y solo pueden confiar ciegamente en las opiniones de quienes apuestan decenas de miles de dólares en cada elección.” — The Washington Post, 5 de noviembre de 1905.
En las elecciones presidenciales de 1916, Charles Evans Hughes lideraba en el mercado de apuestas de Nueva York frente a Woodrow Wilson. Es importante notar que en esa época, los medios de comunicación en EE.UU. reportaban frecuentemente sobre los mercados de apuestas. Debido a estos reportes, la sombra de manipulación persistía. En 1916, los demócratas, sin querer parecer rezagados, afirmaron que el mercado había sido “manipulado”, y los medios también informaron al respecto.
La amenaza de manipulación electoral nunca desapareció. La mañana del 23 de octubre de 2012, durante la campaña de Barack Obama y Mitt Romney, un operador colocó una gran orden de compra de acciones de Romney en InTrade, provocando que su precio subiera aproximadamente 8 puntos, pasando de cerca de 41 centavos a casi 49 centavos— lo que, si se cree en los precios, indicaba un empate en la contienda. Pero el precio se retiró rápidamente, y la prensa casi no le prestó atención. La identidad del manipulador nunca se confirmó.
Sin embargo, a veces incluso se ve a personas explicando públicamente su lógica para manipular el mercado. Un estudio de 2004 documentó un caso de manipulación deliberada en las elecciones de Berlín en 1999. Los autores citaron un correo real emitido por un partido local que instaba a sus miembros a apostar en el mercado de predicciones:
“‘Daily Mirror’ (uno de los periódicos más grandes de Alemania) publica diariamente un mercado de acciones políticas (PSM), y actualmente el precio para el FDP es 4.23%. Puedes consultar el PSM en línea en http://berlin.wahlstreet.de. Muchas personas no consideran esto un juego, sino que lo ven como un sondeo de opinión. Por eso, en los últimos días, la subida del precio del FDP ha sido importante. Como en cualquier bolsa, el nivel de precios depende de la demanda. Participa en el PSM y compra contratos del FDP. Al final, todos confiamos en el éxito de nuestro partido.”
Estas preocupaciones también surgieron en 2024. Antes de las elecciones, el Wall Street Journal publicó un artículo cuestionando si la ventaja de Trump en Polymarket (que parecía superar con mucho su apoyo en las encuestas) era resultado de influencias indebidas: “Las grandes apuestas sobre Trump no necesariamente son maliciosas. Algunos observadores creen que podrían ser simplemente de un gran apostador convencido de que Trump ganará, y que busca ganar mucho dinero. Sin embargo, otros consideran que estas apuestas son una forma de influencia, destinada a crear temas en las redes sociales para el ex presidente.”
La revisión de 2024 es especialmente interesante porque genera preocupaciones sobre la influencia extranjera. Los resultados muestran que las apuestas que elevaron los precios en Polymarket fueron hechas por un inversor francés— aunque hay especulaciones, casi no hay motivos para pensar que esto sea manipulación. De hecho, este inversor realizó encuestas privadas y parece centrado en obtener ganancias, no en manipular el mercado.
Esta historia revela dos temas. Primero, los ataques cibernéticos son frecuentes y se espera que ocurran en el futuro. Segundo, incluso si los ataques no tienen éxito, algunos pueden aprovecharse para sembrar miedo.
¿Qué impacto tienen estos ataques?
El efecto en el comportamiento de los votantes dependerá de dos factores: si la manipulación puede afectar realmente los precios del mercado y si los cambios en los precios influirán en el comportamiento de los votantes.
Analicemos cómo la manipulación del mercado (si fuera posible) puede ayudar a lograr objetivos políticos: porque no es tan obvio como parece.
A continuación, dos formas en que los mercados de predicciones podrían influir en los resultados electorales.
Efecto de conformidad
El efecto de conformidad se refiere a la tendencia de los votantes a apoyar a los candidatos que parecen tener más posibilidades de ganar, ya sea por imitación, por la satisfacción de apoyar al ganador, o porque creen que las probabilidades reflejan la calidad del candidato.
Si la popularidad ayuda a un candidato a obtener más apoyo, entonces reportar en los medios los precios del mercado de predicciones crea un incentivo para elevar esas cifras. Los manipuladores podrían intentar aumentar las probabilidades de su candidato favorito, buscando generar un ciclo de retroalimentación: aumento en el precio → percepción de impulso → cambio de apoyo → nuevo incremento en el precio.
En el ejemplo de Vans-Cuban, los manipuladores apostaron para que Vans pareciera más fuerte, ayudándole a ganar realmente.
Efecto de complacencia
Por otro lado, si un candidato tiene una ventaja clara, los votantes podrían abstenerse de votar. Pero si la contienda está muy ajustada, o si su candidato parece ir en retirada, podrían estar más motivados a votar. En ese caso, las tendencias del mercado de predicciones difundidas ampliamente pueden ejercer presión para mantener el apoyo en un nivel cercano a 50/50. Cuando el mercado empieza a favorecer a un candidato, los operadores saben que sus simpatizantes están perdiendo entusiasmo, y eso puede hacer bajar el precio.
Esto también facilita la manipulación. Los candidatos en cabeza, temiendo que sus seguidores sean demasiado optimistas, podrían comprar silenciosamente acciones del oponente para reducir el mercado y sugerir una competencia más cerrada. Por el contrario, los seguidores del candidato en desventaja podrían vender aún más sus acciones para que el otro lado piense que la victoria está asegurada, y así dejar de votar. En estas circunstancias, el mercado se convierte en una profecía autocumplida: las señales que originalmente buscaban reflejar expectativas terminan alterando esas mismas expectativas.
Aunque hay mucha controversia, algunos consideran que el Brexit es un ejemplo de este fenómeno. Como señala un informe del London School of Economics: “Se sabe que las encuestas afectan la participación y el comportamiento electoral, especialmente cuando un lado parece tener asegurada la victoria. Parece que más votantes a favor de permanecer en la UE optaron por no votar, quizás porque piensan que la victoria del remain está garantizada.”
Los votantes no se preocupan mucho por la intensidad de la elección
Pero el problema es que, incluso si existen efectos de conformidad o complacencia, la evidencia actual indica que su impacto suele ser pequeño. Las elecciones en EE.UU. son bastante estables— principalmente impulsadas por las posturas partidistas y los factores económicos básicos— así que si los votantes reaccionaran fuertemente a quién lidera, los resultados serían más impredecibles. Además, cuando los investigadores tratan de modificar directamente las percepciones sobre la intensidad o importancia de las elecciones, los efectos en el comportamiento siempre son limitados.
Un ejemplo de la hipótesis de que “cuanto más reñida esté la contienda, mayor será la participación” es el estudio de Enos y Fowler sobre una elección legislativa en Massachusetts, que terminó en empate. En una segunda elección, informaron aleatoriamente a algunos votantes que la elección previa se decidió por un solo voto. Incluso con esta medida extrema, el efecto en la participación fue mínimo.
De manera similar, Gebhard y otros realizaron experimentos a gran escala mostrando diferentes encuestas a los votantes. Aunque los encuestados ajustaron su percepción sobre qué tan reñida era la elección, la participación apenas cambió. Un estudio sobre un referéndum en Suiza encontró un efecto ligeramente mayor, pero todavía muy limitado: en esas elecciones cercanas, las encuestas de tendencia casi alcanzan a aumentar la participación en unos pocos puntos porcentuales.
Es posible que, en ciertos momentos, las señales de una contienda muy reñida puedan motivar a algunos votantes a cambiar de opinión, pero ese impacto sería muy pequeño. Esto no significa que no debamos preocuparnos por el fraude electoral, sino que debemos centrarnos en las pequeñas influencias en elecciones muy ajustadas, en lugar de en los factores que hacen que las contiendas igualadas terminen en resultados abrumadoramente favorables a uno de los lados.
Manipular mercados es difícil y costoso
Esto lleva a la segunda cuestión: ¿qué tan difícil es manipular los precios en los mercados de predicciones?
El estudio de Rhode y Strumpf sobre el mercado electrónico de Iowa durante las elecciones de 2000 encontró que intentar manipular es costoso y difícil de sostener. En un caso típico, un operador colocaba repetidamente órdenes de compra muy grandes en favor de un candidato, tratando de elevar las cuotas de ese candidato. Cada intento lograba cambiar temporalmente las probabilidades, pero rápidamente otros operadores aprovechaban esas distorsiones para hacer arbitraje y volver los precios a niveles normales. Los manipuladores invertían mucho y perdían dinero, mientras que el mercado mostraba un fuerte regreso a la media y resistencia.
En el caso hipotético de Vans y Cuban, esto sería crucial. Manipular el mercado presidencial en octubre requeriría una gran cantidad de dinero, y muchos operadores estarían listos para vender en cuanto el precio subiera. Estas pequeñas fluctuaciones podrían mantenerse durante la cobertura en CNN, pero cuando Anderson Cooper comience a hablar del tema, el precio ya podría haber vuelto a su nivel original.
Pero en entornos de baja liquidez, la situación cambia. Investigaciones muestran que, en mercados con poca liquidez, los precios a largo plazo pueden ser manipulados: nadie puede impedirlo.
Recomendaciones para responder
Quizá exista evidencia de que manipular los principales mercados electorales no tendría un impacto sustancial, pero eso no significa que debamos actuar sin precaución. En un mundo donde los mercados de predicciones se integren con las redes sociales y la televisión por cable, la influencia de manipular precios puede ser mayor que nunca. Aunque el impacto directo sea limitado, esas preocupaciones pueden afectar la percepción pública de la justicia del sistema político. ¿Cómo responder a esto?
Para las emisoras de noticias:
Implementar límites de liquidez. CNN y otros medios deben centrarse en reportar precios de mercados con alta actividad, ya que estos reflejan mejor las expectativas reales y su manipulación sería más costosa; no deben reportar precios de mercados con baja liquidez, que son menos precisos y más fáciles de manipular.
Incorporar otras señales de expectativa electoral. Los medios también deben seguir encuestas de opinión y otros indicadores de expectativas electorales. Aunque estos también tienen defectos, son menos susceptibles a manipulaciones estratégicas. Cuando exista una discrepancia significativa entre los precios del mercado y otras señales, los medios deben buscar evidencia de manipulación.
Para los mercados de predicciones:
Desarrollar capacidades de monitoreo. Crear sistemas y personal capaces de detectar transacciones engañosas, operaciones ficticias, picos repentinos en volumen unilateral y actividades coordinadas. Empresas como Kalshi y Polymarket ya pueden tener algunas de estas capacidades, pero si quieren ser plataformas responsables, deben invertir más recursos.
Considerar intervenciones en momentos de volatilidad extrema sin causa aparente. Esto incluye establecer mecanismos de suspensión en mercados con poca liquidez para manejar cambios abruptos de precios, y detener operaciones si los precios parecen anómalos, seguido de una subasta para restablecer el precio.
Mejorar la resistencia a la manipulación en los indicadores de precios. Para precios mostrados en televisión, usar precios ponderados por tiempo o volumen.
Aumentar la transparencia en las transacciones. La transparencia es vital: divulgar métricas de liquidez, concentración y patrones de transacciones anómalas (sin revelar identidades). Esto permite a periodistas y público entender si los movimientos en los precios reflejan información genuina o solo “ruido” del libro de órdenes. Los grandes mercados como Kalshi y Polymarket ya muestran libros de órdenes, pero indicadores más detallados y paneles fáciles de entender serían muy útiles.
Para los responsables políticos:
Combatir la manipulación del mercado. El primer paso es aclarar que cualquier intento de manipular los precios de predicciones electorales (para influir en opinión pública o en la cobertura mediática) está cubierto por las leyes existentes contra la manipulación. Cuando ocurren cambios de precios inexplicables antes de unas elecciones, las autoridades pueden actuar rápidamente.
Regular la intervención de actores nacionales e internacionales. Debido a la vulnerabilidad de los mercados electorales a influencias extranjeras y financiación de campañas, las políticas deben incluir:
(1) Monitorear los actores extranjeros mediante el rastreo de su nacionalidad, aprovechando las leyes actuales de “KYC” en EE.UU., que son esenciales para el funcionamiento de los mercados de predicciones.
(2) Promulgar reglas o prohibiciones de divulgación para campañas, comités de acción política (PAC) y altos funcionarios políticos. Si los gastos para manipular precios se consideran gastos políticos no declarados, las autoridades deben tratarlos como gastos políticos oficiales.
Conclusión
Los mercados de predicciones pueden hacer que las elecciones sean más claras, no más confusas, siempre que se establezcan de manera responsable. La colaboración entre CNN y Kalshi indica que en el futuro estas señales de mercado, junto con encuestas, modelos y reportes, serán parte del ecosistema informativo político. Es una verdadera oportunidad: en un mundo saturado de IA, se necesitan herramientas que puedan extraer información dispersa sin distorsionarla. Pero esto dependerá de una buena gobernanza, incluyendo estándares de liquidez, regulación, transparencia y una interpretación más prudente de las dinámicas del mercado. Si se manejan bien estos aspectos, los mercados de predicciones pueden mejorar la comprensión pública de las elecciones y apoyar una democracia más saludable en la era de los algoritmos.
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