¡La moneda M2 ha aumentado un 162% en 15 años! El banco central acumula 53 toneladas de oro para cubrir la tormenta financiera

2025 年 11 月, las reservas netas de oro de los bancos centrales de diferentes países aumentaron en 53 toneladas, un incremento trimestral del 36%. Los precios del oro han superado su máximo en más de 50 ocasiones este año, con una rentabilidad acumulada superior al 60%. Detrás de estos datos extraordinarios, se esconde una señal de advertencia más profunda: una pérdida de control en la oferta monetaria M2. En la crisis financiera de 2008, la oferta monetaria M2 en EE. UU. era de solo 8 billones de dólares, y para 2023 se había disparado a 21 billones de dólares, un aumento del 162% en 15 años.

La crisis monetaria tras el descontrol de M2

M2貨幣增長失控

La oferta monetaria M2 es un indicador clave para medir la cantidad total de dinero en circulación en una economía, incluyendo efectivo, depósitos a la vista, depósitos a plazo, etc. Cuando la velocidad de crecimiento de M2 supera ampliamente el crecimiento del PIB, significa que el poder de compra del dinero se está diluyendo, lo que comúnmente llamamos inflación. Desde 2008 hasta 2023, en EE. UU., M2 ha aumentado de 8 billones a 21 billones de dólares, un crecimiento del 162%, mientras que el PIB solo ha crecido aproximadamente un 50%. Esta diferencia indica que el poder de compra de cada billete de dólar ha disminuido en aproximadamente un 70%.

Este crecimiento explosivo de M2 no es exclusivo de EE. UU. Los bancos centrales de Europa, Japón y China han expandido masivamente sus balances en los últimos 15 años, inyectando liquidez al mercado mediante políticas de flexibilización cuantitativa (QE). Tras la explosión de la pandemia en 2020, los bancos centrales de todo el mundo activaron un modo de “flexibilización cuantitativa ilimitada”, y la curva de crecimiento de M2 se elevó casi verticalmente. Esta expansión monetaria sin precedentes es un costo que los bancos centrales han pagado para salvar sus economías.

Sin embargo, imprimir dinero tiene costos. Cuando el dinero en circulación aumenta sin cesar y la oferta de bienes y servicios no puede seguir el ritmo, la inflación inevitablemente aparece. Un ejemplo más visual: en 2000, 100,000 yuan podían comprar una vivienda en ciudades de segunda y tercera línea, ahora esa cantidad ni siquiera alcanza para el pago inicial; en 2010, un cuenco de fideos con carne costaba 5 yuanes, ahora 15 yuanes, ¡triplicando el precio en una década! ¿Pueden los salarios seguir el ritmo de esta subida de precios? Muchas personas creen que “trabajar duro y ahorrar es suficiente”, pero no se dan cuenta de que sus ahorros están siendo “expropiados” silenciosamente por la inflación.

Las compras masivas de oro por parte de los bancos centrales son una respuesta al descontrol de M2. Cuando ni siquiera ellos confían en el valor a largo plazo del dinero fiduciario, solo pueden volcarse hacia activos tangibles como el oro. En noviembre de 2025, el aumento de 53 toneladas en un solo mes estableció un récord, enviando un mensaje muy claro: los bancos centrales que disponen de máquinas de impresión de dinero están vendiendo billetes y comprando oro. ¿Deberían los ciudadanos seguir manteniendo dinero fiduciario?

Confiscación del oro en 1933: un traslado legal de riqueza

El 29 de octubre de 1929, la Bolsa de Nueva York colapsó, con una caída del 12% en un solo día. En los tres años siguientes, el índice cayó de 381 a 41 puntos, una caída superior al 89%; más de 10,000 bancos quebraron, 15 millones de personas quedaron en paro, y la tasa de desempleo subió al 25%. Así fue cómo se desató la Gran Depresión, cuyo núcleo fue la traba que el oro ponía a la emisión monetaria.

En ese momento, EE. UU. adoptaba el patrón oro, con el dólar vinculado directamente al oro: 1 onza de oro equivale a 20.67 dólares. Cuanto más profunda era la crisis, más la gente quería convertir papel en oro para esconderlo. En solo dos años, la acumulación privada de oro alcanzó los 400 millones de dólares, un tercio del total en circulación en EE. UU. La cantidad de dinero en el mercado disminuyó aún más, y estalló la crisis de contracción monetaria: los precios cayeron un 50%, las empresas no podían recuperar ni siquiera sus costos, y muchas cerraron o despidieron empleados.

El 5 de abril de 1933, el presidente Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 6102: todos los estadounidenses debían entregar en 30 días sus monedas, lingotes y valores de oro a los bancos, a cambio de billetes. Quienes incumplieran enfrentaban multas de 10,000 dólares (equivalentes a unos 250,000 dólares actuales), prisión de diez años o ambas cosas. Con esta nacionalización del oro, el gobierno recuperó aproximadamente 500 toneladas, valoradas en 2,8 mil millones de dólares de entonces, equivalentes a unos 700 mil millones en la actualidad.

Más aún, solo nueve meses después, Roosevelt promulgó una nueva ley que devaluó el dólar en relación al oro, pasando de 20.67 a 35 dólares por onza, una depreciación del 40%. El gobierno utilizó los dólares previos a la devaluación para comprar oro a precios elevados, acumulando reservas y emitiendo más dinero. La oferta monetaria creció rápidamente, y el mercado comenzó a recuperarse: los precios subieron, las empresas reanudaron su producción, y el empleo empezó a mejorar. Para 1937, el PIB de EE. UU. creció un 50%, y la tasa de desempleo bajó del 25% al 14%.

La lógica de la transferencia de riqueza en tres niveles

Primero, concentración forzada: el gobierno centraliza mediante órdenes administrativas el oro disperso en la población.

Segundo, devaluación monetaria: la devaluación del dólar en un 40% hace que la capacidad adquisitiva desaparezca en un instante.

Tercero, emisión de dinero diluida: usando las reservas de oro como respaldo, el gobierno emite grandes cantidades de dinero, diluyendo aún más el valor.

Un sastre de Nueva York, John, ahorró toda su vida 10 onzas de oro, que en su momento valían unos 206 dólares y le alcanzaban para mantener a su familia durante un año. Tras la conversión a papel, en solo nueve meses su poder de compra se redujo un 40%. Mientras tanto, los consorcios Morgan y la familia Rockefeller, mediante empresas offshore, trasladaron gran parte de su oro a Europa, y tras la depreciación del dólar, compraron más activos con la misma moneda devaluada, ampliando aún más la brecha de riqueza.

Expropiación invisible: el crecimiento de M2 es una dilución de la riqueza

Hoy, 90 años después, ya no tememos un confisco directo de oro por parte del gobierno, pero otro tipo de “expropiación de riqueza” mucho más silenciosa está en marcha: la inflación. “Imprimir dinero para rescatar la economía” se ha convertido en una práctica habitual de los gobiernos en crisis. En 2008, la oferta monetaria M2 en EE. UU. era de solo 8 billones de dólares, y en 2023 había alcanzado los 21 billones, un aumento del 162% en 15 años; al mismo tiempo, el precio del oro subió de 800 a más de 2000 dólares, en esencia, una constante reducción en el poder adquisitivo del dinero fiduciario.

Esto es esencialmente lo mismo que en 1933, cuando Roosevelt confiscó el oro: los gobiernos usan las herramientas monetarias para transferir la crisis económica a la población. Algunos dicen que “invertir en acciones y fondos puede proteger contra la inflación”, y aunque en momentos esas inversiones suben, en otras caen y generan pérdidas. En 2022, el índice NASDAQ cayó un 33%, y los inversores comunes que compran en tendencia o venden en pánico suelen perder mucho dinero. En cambio, los ricos pueden usar fondos de cobertura, fideicomisos offshore y otros instrumentos complejos para evitar riesgos, mientras que los ciudadanos comunes solo soportan pasivamente la pérdida de valor.

En noviembre de 2025, los bancos centrales de diferentes países aumentaron en 53 toneladas sus reservas de oro en un solo mes. Este comportamiento anómalo transmite una señal clara: los bancos centrales con máquinas de imprimir dinero están vendiendo billetes y comprando oro. Cuando quienes diseñan la política monetaria huyen de su propia moneda, esa desconfianza tiene más peso que cualquier dato económico.

Tres estrategias de defensa de la riqueza para la gente común

Han pasado más de 90 años y el mundo ha cambiado, pero las reglas del juego de la riqueza no. Cuando hay una crisis, la riqueza de la mayoría suele ser solo un coste para mantener la estabilidad del sistema, y el método ha pasado de “expropiación directa” a “dilución por inflación”. Quejarse no sirve, lo importante es entender la lógica y planificar con anticipación. Combinando las tendencias de crecimiento de M2 y la situación actual, aquí tres recomendaciones concretas para la gente común:

Primero, en defensa, preparar una “reserva anti-riesgo”. No pongas todo tu dinero en mercados de alto riesgo ni en bancos solo por intereses (la inflación se comerá tus ganancias). Se recomienda mantener de 3 a 6 meses de gastos en fondos monetarios de fácil acceso; además, diversificar con un 20% a 30% en activos de bajo riesgo, como seguros de inversión estables, como una “colchón” de seguridad. También asegurarse con seguros básicos: salud, un seguro médico de millones y un seguro contra accidentes, ya que las enfermedades y accidentes son los mayores riesgos para la estabilidad financiera.

Segundo, en la ofensiva, usar la “diversificación moderada” en lugar de la “especulación ciega”. No esperes enriquecerte de la noche a la mañana con acciones o fondos, ni apalanques tus inversiones. Destina entre un 30% y un 40% del capital a inversiones agresivas: fondos indexados de bajo coste mediante aportes periódicos, para reducir riesgos a largo plazo; incluir un poco de ETF de oro, como cobertura contra la inflación y riesgos extremos. Para bienes raíces,. abandona la idea de “comprar sin pensar, seguro que sube”. Los inmuebles en ciudades principales y zonas clave aún mantienen valor, pero en ciudades de segunda y tercera línea, hay que tener cautela.

Tercero, en la capa central, invertir en “el yo que no puede ser reemplazado”. La esencia del juego de la riqueza no es “proteger un activo”, sino “adaptarse a las reglas cambiantes”. Hace 90 años, el oro fue confiscado; ahora, los ahorros pueden diluirse, las acciones pueden quedar atrapadas. En un mundo en constante cambio, el verdadero riesgo no es la competencia feroz, sino quedar atrapado en algoritmos sin percibir los cambios del entorno.

No necesitamos más teorías, sino experiencia y habilidades ejecutables. Success = Luck + Skill(éxito = suerte + habilidad). No podemos controlar la suerte, pero sí podemos mejorar nuestras decisiones perfeccionando habilidades, ganando más control sobre nuestro destino desde la probabilidad. Cuando M2 siga descontrolado, la única muralla será tu capacidad de crear algo que la máquina de imprimir dinero no pueda copiar.

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