Hablar sobre los altibajos de la inscripción en Bitcoin en estos años—los puntos dolorosos suelen ser las oportunidades.

Como es bien sabido, la cadena principal de Bitcoin en sí no soporta funciones de emisión de tokens. Precisamente por esta limitación, los desarrolladores del ecosistema han ido lanzando en la cadena diversos protocolos para compensar. En enero de 2023, tras el lanzamiento del protocolo Ordinals por Casey Rodarmor, todo el ecosistema de Bitcoin se volvió instantáneamente muy popular, proyectos como ORDI destacaron y la escena ecológica prosperó, dejando una impresión profunda.

Las olas de protocolos siguieron llegando: en marzo de 2023, BRC-20; en abril de 2024, el protocolo Runes; además de otros planes importantes que surgieron uno tras otro. Pero la realidad fue dura: aunque estos protocolos fueron muy innovadores, la mayoría terminaron en el olvido.

Las causas del fracaso son bastante claras, con tres principales: primero, la presión inflacionaria causada por el mecanismo de acuñación pública; segundo, la grave falta de liquidez; y tercero, las altísimas tarifas de Gas y la lentitud en la confirmación en la cadena principal de Bitcoin. Sumado a la dispersión del tráfico por la proliferación de protocolos, la vitalidad del ecosistema fue decayendo poco a poco.

Pero ahora la situación ha cambiado. Las nuevas generaciones de soluciones han resuelto estos puntos dolorosos uno a uno: un mecanismo de acuñación basado en consenso comunitario y recompensas LP ha revolucionado la forma de acuñar tokens; el DEX de segunda capa inswap basado en Fractal Bitcoin proporciona un soporte de liquidez real para todo el ecosistema, con velocidad de interacción y compatibilidad que no dejan nada que desear; y Fractal Bitcoin en sí mismo ha resuelto el problema de costos en la red principal—con un precio actual de 1 FB, es suficiente para soportar aproximadamente 1000 transferencias, con tarifas de Gas por debajo de todas las soluciones similares en el mercado.

Esta vez, realmente es diferente.