La historia de ZBT es bastante dramática. Cuando esta nueva moneda se lanzó, estuvo en boca de todos, alcanzando casi 0.89 dólares y convirtiéndose en un objeto de deseo, para luego caer más del 86%, lo que hace difícil determinar dónde está el fondo. Pero la lógica detrás de este proyecto no es tan simple: busca transformar la privacidad y la conformidad en blockchain mediante pruebas de conocimiento cero y entornos de ejecución confiables. El mercado estuvo en auge y también asustó, pero ahora es una ventana para reevaluar su valor real.

Desde un punto de vista técnico, ZBT realmente tiene algo. El equipo central tiene antecedentes en criptografía, ha trabajado en el ecosistema de Ethereum, y ahora desarrolla ZEROBASE, una red de aceleración de pruebas ZK de alta velocidad, capaz de generar pruebas en milisegundos, lo cual sigue siendo competitivo en la industria. Aplicaciones como zkLogin para privacidad, zkDarkPool para transacciones confidenciales de grandes volúmenes realmente abordan los puntos débiles de las aplicaciones a gran escala en Web3: la privacidad y la conformidad siempre han sido cuellos de botella en el desarrollo.

Lo más interesante es que, durante el período de caída de precios, el ecosistema en realidad se expandía en sentido inverso. Los datos en la cadena muestran que las direcciones activas en la red aumentaron en más del 150% en 2025, y el número de usuarios que mantienen tokens también crece de manera constante. Este fenómeno no es común en un mercado bajista: normalmente, cuando el precio de un proyecto cae, también disminuye la actividad, pero ZBT no ha visto colapsar sus fundamentos. El respaldo de instituciones de primer nivel tampoco ha desaparecido, lo que indica que el pánico extremo del mercado podría estar sobreestimando el riesgo.