Muchos proyectos están promoviendo el concepto de AI + blockchain, pero el camino que sigue KITE es claramente diferente.

Desde el principio, se planteó una pregunta que puede resultar un poco incómoda: ¿qué pasaría si el software ya no espera a que los usuarios confirmen, sino que se convierte en un participante activo en la economía en la cadena?

No es un programa de herramientas que simplemente ejecuta instrucciones mecánicamente. Es un sistema que tiene identidad, objetivos, puede negociar condiciones, asumir riesgos y gestionar fondos sin supervisión. Solo pensarlo ya da cierta inquietud.

Por eso, la idea de KITE es muy diferente. Los proyectos comunes buscan crear robots de trading más rápidos o algoritmos de arbitraje más sofisticados. KITE quiere hacer algo más fundamental: asume que en el futuro, los que participarán activamente en la cadena no serán solo personas, sino un grupo de agentes.

En esta lógica, los agentes no son herramientas pasivas, sino participantes activos. Tienen ciclos de vida propios, billeteras independientes, límites de permisos y operan continuamente en un entorno autónomo mediante un marco de identidad de tres capas. No son algo que se usa temporalmente, sino que participan de manera prolongada e ininterrumpida en diversas actividades económicas.

Si esto realmente funciona, el impacto en todo el ecosistema en la cadena sería bastante aterrador. Porque la DeFi actual sigue siendo impulsada en esencia por emociones humanas: pánico, avaricia, seguir la corriente, indecisión; estos factores psicológicos influyen directamente en los precios y la liquidez.

Los agentes son completamente diferentes. No temen a los precios altos, no se molestan por la velocidad, ni se dejan llevar por emociones para cortar pérdidas. Siguen estrictamente el modelo, solo buscan optimizar, y pueden operar sin descanso.