¿Sabes qué es lo más aterrador? No es que la IA no entienda, sino que puede usar un tono de certeza al 100% para decir cosas que en realidad no existen como si fueran verdaderas. Ahora que los agentes de IA impulsados por modelos de lenguaje grande comienzan a involucrarse en transacciones financieras y gestión de activos, este problema de "ilusión" ya no es solo una curiosidad de los programas de chat: puede acabar con tu dinero directamente.

Los oráculos tradicionales solo verifican de dónde provienen los datos, pero la nueva generación de oráculos va más allá. Lo que deben validar es la lógica del contenido en sí. Por ejemplo, si un agente de IA necesita analizar un informe de valoración inmobiliaria, el nuevo oráculo no confiará solo en la salida de un modelo. Comparará los datos clave extraídos por la IA —como la valoración de la propiedad, la fecha de auditoría— con bases de datos públicas y precios históricos.

Imagina esto: la IA dice que una propiedad vale 5 millones, pero los datos históricos y los precios en la zona muestran que en realidad solo vale 500 mil. La red de oráculos emitirá una alerta y negará inmediatamente ese resultado.

Este mecanismo de consenso de múltiples modelos, combinado con la comparación cruzada de datos externos, dota al agente de IA de un sistema de "verificación de realidad". Obliga a la IA a pasar por una validación en la red de nodos antes de tomar cada decisión. Así, las decisiones financieras tienen un seguro.