Sobre el reciente proyecto de reforma fiscal de criptomonedas en Estados Unidos, hay varios puntos que vale la pena destacar.

Primero, el tratamiento de las stablecoins es bastante amigable. Si compras y vendes stablecoins conformes a la normativa dentro de un rango de 200 dólares, las ganancias en realidad no necesitan ser gravadas. Esto representa un beneficio importante para los usuarios que realizan transacciones frecuentes y de bajo monto.

Las ganancias por minería y staking son un poco más flexibles. Las monedas obtenidas mediante minería o staking pueden retrasar el pago de impuestos hasta por 5 años, lo que da a los titulares más tiempo para planificar y ajustar sus estrategias.

En cuanto a la clasificación, los activos criptográficos serán tratados fiscalmente según las reglas de los valores. Pero si se cumplen ciertas condiciones, se podrá calcular el valor en mercado actual para las cuentas, lo cual representa un estándar más claro en comparación con las regulaciones vagas anteriores.

Para los traders que intentan aprovechar operaciones a corto plazo de "comprar barato y vender caro" para evadir impuestos, las nuevas reglas imponen varias restricciones. Esto significa que las estrategias previas de hacer múltiples transacciones para evitar impuestos están prácticamente fuera de juego, ya que las autoridades han cerrado esa vía de manera bastante estricta.