Iniciar una cadena de bloques L1 es relativamente fácil, la verdadera prueba radica en el mantenimiento y la iteración posteriores.

Cuando cambian las condiciones del mercado, ¿cómo mantener el sistema funcionando de manera estable? La mejora continua del algoritmo de ajuste de dificultad (DAA), la actualización e iteración de las herramientas para desarrolladores, la afinación precisa de los parámetros del protocolo: todo esto refleja un enfoque operativo maduro para un L1.

Muchos proyectos prefieren decir que la «sostenibilidad» es importante, pero en realidad no es solo un lema de promoción, sino un trabajo de mantenimiento real. Desde el momento en que se lanza la cadena, el mantenimiento y la optimización se convierten en temas eternos. Esta inversión continua en tecnología y capacidad de ajuste, en última instancia, determina qué tan lejos puede llegar un L1.