En papel, Waller podría parecer una opción razonable—la administración lo respaldó anteriormente, después de todo. Pero al profundizar en sus posiciones reales, un detalle destaca: su firme compromiso con la independencia de la Reserva Federal. Esa postura principista cierra esencialmente la puerta a cualquier debate adicional sobre su idoneidad. Cuando un funcionario prioriza la autonomía institucional sobre la alineación política, se redefine todo el cálculo.