¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo "solo devuélveme a la entrada, no necesito ganancias"? Luego, en realidad, rebota hasta tu punto de entrada. Y ahí estás, aguantando un poco más porque piensas que quizás, solo quizás, las ganancias finalmente están llegando. Todos hemos estado allí. Ese momento en que volver a cero de repente se siente como una pérdida.