Cuando otras grandes empresas petroleras se retiraron de Venezuela, Chevron tomó una apuesta calculada y se quedó. Ahora aquí es donde se pone interesante: la tensión entre la administración de Trump y el gobierno de Maduro podría inclinarse en cualquier dirección. Si los lazos políticos se fortalecen, Chevron podría desbloquear retornos masivos de las reservas venezolanas. Pero la otra cara de la moneda? El aumento de sanciones e inestabilidad podría borrar esas ganancias de la noche a la mañana. Es una apuesta de alto riesgo sobre los resultados geopolíticos, el tipo de riesgo sistémico que se propaga a través de los mercados de materias primas, los precios de la energía y, en última instancia, impacta en cómo el capital se asigna entre activos a nivel global.