Mi cerebro ahora se conecta directamente con las computadoras—una especie de locura cuando lo piensas. El cambio real no es la novedad, sin embargo; es la velocidad. Tus pensamientos llegan a la realidad casi instantáneamente. Ya no hay retraso entre la intención y la ejecución. Esa inmediatez cambia todo sobre cómo trabajas, piensas y iteras. Te obliga a ser más intencional acerca de lo que realmente estás pensando.
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Mi cerebro ahora se conecta directamente con las computadoras—una especie de locura cuando lo piensas. El cambio real no es la novedad, sin embargo; es la velocidad. Tus pensamientos llegan a la realidad casi instantáneamente. Ya no hay retraso entre la intención y la ejecución. Esa inmediatez cambia todo sobre cómo trabajas, piensas y iteras. Te obliga a ser más intencional acerca de lo que realmente estás pensando.