La guerra de la IA se extiende al espacio... Sam Altman y Elon Musk en el "campo de batalla de nueva generación"

Sale a la luz el hecho de que OpenAI, la empresa de inteligencia artificial dirigida por el CEO Sam Altman, está avanzando en una posible colaboración con una empresa de cohetes, lo que refleja que el marco de confrontación entre Altman y su rival Elon Musk se está expandiendo a toda la industria tecnológica.

Según informó The Wall Street Journal el 3 de diciembre (hora local), el CEO Altman ha explorado recientemente la posibilidad de colaborar con la empresa de cohetes “Stoke Space” para impulsar la construcción de una infraestructura informática basada en satélites, y ha planificado una recaudación de fondos de varios miles de millones de dólares para ello. Se sabe que OpenAI ha estudiado la opción de adquirir participación accionarial o incluso comprar Stoke Space para obtener el control operativo.

Stoke Space es una empresa fundada por antiguos ingenieros de Blue Origin (la compañía espacial creada por Jeff Bezos) y está desarrollando tecnología con el objetivo de fabricar cohetes totalmente reutilizables. Se considera que el trasfondo de la colaboración de Altman con esta empresa radica en su visión a largo plazo de construir centros de datos de gran tamaño necesarios para la computación de IA en el espacio exterior, es decir, fuera de la atmósfera terrestre. Altman insinuó recientemente esta idea en una intervención en la radio, afirmando que “en el futuro, el mundo estará cubierto de centros de datos”.

Sin embargo, se informa que este plan se encuentra actualmente en pausa. La razón sería la incertidumbre sobre la estructura de costes y la gestión financiera de OpenAI. Según The Wall Street Journal, aunque OpenAI ha firmado contratos de computación por valor de cientos de miles de millones de dólares, la planificación de la financiación correspondiente aún no se ha concretado, lo que ha generado dudas en el mercado. Además, la presión ha aumentado debido a la competencia tecnológica de rivales como el nuevo Gemini 3 presentado por Google. Por ello, Altman ha declarado recientemente un “código rojo” dentro de la empresa y ha pospuesto el lanzamiento de nuevos productos para centrarse en mejorar el rendimiento de ChatGPT.

Estas acciones de Altman están intensificando aún más la competencia con Elon Musk, cofundador de OpenAI. Musk participó en la creación de OpenAI en 2015, pero posteriormente se retiró y fundó de forma independiente la empresa de IA xAI en 2023. Actualmente lidera varias empresas tecnológicas como Tesla, SpaceX y Neuralink, siendo una figura representativa que domina tanto la industria de la IA como la espacial. Por su parte, Altman también ha lanzado recientemente la startup de interfaz cerebro-ordenador “Merge Labs” y está avanzando en su entrada en el mercado de las redes sociales, lo que supone un solapamiento considerable con los campos de actividad de Musk.

El conflicto entre ambos no se limita al ámbito empresarial. Musk ha demandado a OpenAI por abandonar su principio fundacional de organización sin ánimo de lucro para convertirse en una entidad lucrativa. En ese proceso, ambas partes han protagonizado enfrentamientos públicos en torno al incumplimiento de promesas fundacionales y contratos, confirmando una vez más que son rivales acérrimos.

Esta tendencia indica que, en el nuevo mapa industrial resultante de la fusión de la inteligencia artificial y la tecnología espacial, la competencia entre Altman y Musk podría superar el mero enfrentamiento entre empresas y convertirse en un caso simbólico de conflicto entre tecnología, capital y valores. Se espera que el debate sobre en manos de quién debe confiarse el futuro de la IA sea aún más intenso.