
La Reserva Federal llevó a cabo tres recortes consecutivos de tipos durante 2025, culminando con una rebaja de 25 puntos básicos en diciembre, lo que inauguró un nuevo ciclo de relajación que redefine la dinámica del mercado de criptomonedas. Este giro en la política monetaria se transmite a través de un mecanismo sofisticado que conecta señales macroeconómicas con la valoración de activos digitales.
Al aplicar recortes de tipos, la Reserva Federal activa este mecanismo a través de varios canales. Tasas de interés más bajas disminuyen el coste de oportunidad de mantener activos sin rendimiento, como las criptomonedas, y a la vez aumentan la liquidez en los mercados financieros. La decisión de la Fed en diciembre de 2025 lo ejemplificó: la volatilidad media de 30 días entre las principales criptomonedas cayó un 15% tras el anuncio, reflejando la estabilización del mercado mientras los inversores se orientaban hacia activos de mayor riesgo en un entorno de tipos bajos.
Los indicadores de mercados tradicionales actúan como señales adelantadas para las valoraciones de criptomonedas. Los gestores que analizan la evolución del S&P 500 y el oro pueden anticipar movimientos en los activos cripto antes de que reaccione directamente el mercado. Este marco de correlación fue especialmente relevante durante la volatilidad económica de 2025, cuando los anuncios de aranceles comerciales generaron correcciones en mercados tradicionales y digitales, aunque el riesgo a largo plazo fue mayor para las acciones que para las criptomonedas.
La entrada institucional ha amplificado considerablemente estos efectos de transmisión. Los inversores institucionales ya representan más del 60% del volumen negociado en cripto, canalizando la liquidez adicional derivada de la relajación de la Fed directamente hacia los mercados de activos digitales. El enfoque de la Fed ha catalizado una nueva fase alcista en las criptomonedas al reducir los tipos de descuento aplicados a las valoraciones cripto y expandir el capital institucional disponible para inversiones en el sector.
Los datos empíricos muestran una correlación inversa clara entre las publicaciones de inflación y las valoraciones de criptomonedas, con Bitcoin y Ethereum especialmente sensibles a los anuncios del IPC. Cuando el IPC de EE. UU. bajó al 3,7%, Bitcoin registró un aumento del 86,76%, lo que evidencia que lecturas de inflación inferiores a lo esperado desencadenan fuertes subidas de precios. El dato de IPC de noviembre de 2025, situado en el 2,7%, refuerza este patrón: tanto Bitcoin como Ethereum experimentaron rápidos repuntes motivados por las expectativas de recortes de tipos asociadas a la inflación contenida.
| Lectura del IPC | Resultado de mercado | Respuesta cripto |
|---|---|---|
| 2,9% (septiembre de 2025) | Inflación superior a lo esperado | Volatilidad de precios |
| 2,7% (noviembre de 2025) | Por debajo de lo esperado | Rally de Bitcoin/Ethereum |
| 3,7% | Descenso significativo | Bitcoin +86,76% |
La subida de Bitcoin por encima de 120 000 $ tras los datos de inflación moderada demuestra cómo los indicadores macroeconómicos influyen directamente en la estrategia inversora en cripto. Esta relación surge de las expectativas de política monetaria: una inflación baja aumenta la probabilidad de recortes de tipos por parte de la Fed, lo que hace que los activos de riesgo como las criptomonedas sean más atractivos frente a los valores de renta fija tradicionales. Estos patrones evidencian que, aunque las criptomonedas nacieron como refugio ante la inflación, Bitcoin y Ethereum muestran una correlación creciente con el sentimiento macroeconómico general. La volatilidad intradía detectada en las 24 horas previas y posteriores a los anuncios del IPC, con Bitcoin moviéndose entre 86 000 y 90 000 $, pone de relieve la rapidez con la que los mercados reaccionan ante sorpresas inflacionarias.
Los estudios más recientes evidencian notables efectos de contagio de volatilidad desde los mercados financieros tradicionales hacia los activos cripto, con la volatilidad del S&P 500 ejerciendo más influencia que la del oro. Las investigaciones señalan que los retornos del S&P 500 hacia los retornos de cripto presentan efectos de contagio superiores, mientras que el flujo inverso es mucho menos intenso. Esta asimetría direccional confirma el rol de las criptomonedas como activos cada vez más integrados pero subordinados en el ecosistema financiero global.
Para cuantificar estos mecanismos de transmisión, los economistas recurren a diversos modelos. ARIMA y GARCH(1,1) resultan muy competitivos para captar los patrones de volatilidad en entornos estables de activos tradicionales, como las acciones y las commodities. En cambio, enfoques basados en machine learning como XGBoost logran un rendimiento sobresaliente en mercados de criptomonedas, donde las distribuciones de retornos presentan colas pronunciadas y frecuentes saltos de precio desafían los modelos econométricos clásicos. La capacidad de XGBoost para identificar patrones no lineales y cambios de régimen lo convierte en una herramienta especialmente eficaz para analizar la transmisión de volatilidad cripto.
La intensidad de los efectos de contagio se incrementa notablemente en situaciones de estrés financiero. Los eventos asociados a la COVID-19 lo ilustran: Bitcoin mostró un contagio de volatilidad de corto plazo elevado hacia el oro y determinados índices bursátiles. Esta amplificación contracíclica indica que, en épocas de turbulencia, los movimientos de precios en criptomonedas se sincronizan cada vez más con la volatilidad de los activos financieros tradicionales, lo que contradice la tesis histórica de diversificación.
JELLYJELLY es una meme coin desarrollada sobre Solana y vinculada a una app de vídeos que utiliza inteligencia artificial para crear clips cortos a partir de videollamadas de manera automática.
El 23 de diciembre de 2025, JELLYJELLY cotiza a 0,087057 USD, con una subida del 23,90% en las últimas 24 horas. Su capitalización de mercado alcanza los 87,06 M USD, y las señales de compra muestran una clara tendencia alcista.
Jelly Jelly coin mantiene una tendencia alcista sólida y las previsiones técnicas anticipan un crecimiento significativo entre 2027 y 2034, lo que presenta interesantes oportunidades de inversión a medida que el capital institucional continúa entrando en el mercado cripto.











